domingo, 27 de noviembre de 2011

Poema abierto


en tu boca hay un animal
un hablar de marea
un mordida surcadora
paso por un edificio
con butacas
tal vez ahí estudias
y si tanto pudiera
de tu criatura escapar
espuma quedaría
cerca de donde tomas clases
escucho poemas
mas brisa centripetada
y arena viceral
me lasan pasivo
en la tarde hablan de Alejandra Pizarnik
busco una foto de ella
doma tus fauces
besa mi frente
absuélveme
pareces su hermana o su hija
(aunque eres más guapa)

jueves, 24 de noviembre de 2011

Aprendiz en un taller de carpintería japonés.

me engaño no tengo opciones no hay opciones para mí me consuelo con la idea del destino todo está escrito yo no puedo elegir bien sé que esta vida no quiero vida de triste burócrata con acto diálogo vestimenta y horario estipulados quiero tener una vida de libertad hacia mí de verdad hacia mí hablar y escribir de lo que sé lo que me vibra en la espalda un sueño lleno de libros y cuadernos y letras y viajes a pie y viajes en barco de mi pueblo a la capital y de vuelta y palabras cuántas palabras aunque apenas me atrevo a coger pluma para hacer traducciones de agua mas agua empedrada letra saxífraga un espejo moderno hecho en China siglos atrás

Lamento de un guardia fronterizo.
Por la Puerta Norte
el viento sopla lleno de arena
desde siempre hasta hoy.
Árboles caen. Pasto amarillo con otoño.
Yo subo torres y torres
para supervisar tierra bárbara:
castillo desolado, cielo, vasto desierto.
En este pueblo no queda muralla.
Frío y huesos
apilados, cubiertos por pasto.
¿Quién trajo esto?
¿Quién trajo el odio imperial?
¿Quién trajo los tambores y los tambores de hojalata?
Reyes bárbaros.
Una primavera, convertida en otoño sangriento.
Un tumulto de soldados, esparcido por el reino.
Trecientos sesenta mil,
y lluvia.
Desolados, campos desolados,
niños de guerra sobre ellos.
No hay hombres para atacar y defender.
Cómo sabrás de la Puerta Norte
con el nombre Riboku olvidado
y nosotros los guardias carne para tigres.

amo los poemas que asfixian que nombran todas las fórmulas con una lengua olvidada así que cuando voy a la tienda de la esquina ellos me explican pasos piedras paisajes precios y portadas de periódicos un día con la velocidad de depredadores los versos ejecutan a la idea del destino y ponen sobre la mesa esas opciones por las que tanto chillaba son dos y pesan como minas partir y desaparecer o encerrarse y leer leer crear leer las vidas de poetas suenan a vidas ejemplares solos vestidos y tristes como cualquiera también viviré conmigo me encerarré en un cuarto para labrar con tinta pulir palabras reinventar todos los signos desanclar todas las naves brotar puta alquimia bendita su sangre es diez mil cosas y es nada pasiva misantropía acertijo visión albur contradicción repetida voz humana signo monasterio enumeración listas revoltosa tradición corrosiva luz midásica cerillo de madera encendido caminar por la banqueta reescribiré este poema hasta morir y no desearé reconocimiento o fama o amor sino ese momento en que te puedes sentar sobre una silla de madera poner las manos sobre las piernas y hablar sobre el silencio conjurar el silencio ser un mago lo inalcanzable la creación fundir las palabras con el sol
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